La administración de Suchet en Aragón, como ha subrayado Jean-Yves Puyo, se convirtió en un modelo a seguir en la conquista francesa de Argelia treinta años más tarde. Algunos de los militares que la llevaron a cabo habían sido oficiales con Suchet en Aragón, como es el caso de Bugeaud, que fue capitán. ¿Qué tuvo de extraordinario aquel modelo? Suchet sin duda fue uno de los mariscales más brillantes de Napoleón. Alcanzó el objetivo de pacificar el territorio gracias a una táctica militar novedosa que consistía, en primer lugar, en dotar a los pueblos de sólidas guarniciones, fuertemente aprovisionadas de víveres y municiones pudiendo así resistir el ataque de las fuerzas contrarias hasta la llegada de los refuerzos. En segundo lugar, a partir de estos puntos de apoyo, Suchet lanzó por el territorio columnas móviles compuestas de infantería y caballería, mandadas por oficiales jóvenes y emprendedores.
Enfrentado a una desorganización muy profunda, consecuencia según sus propias palabras de la “debilidad o la nulidad de los poderes de las autoridades (españolas)”, renovó en menos de seis meses la casi totalidad de los corregidores y de los alcaldes, estos últimos encargados de aplicar la justicia. Recondujo estas estructuras instituyendo, ya se ha dicho más arriba, un nuevo tribunal especial de policía encargado de los delitos relativos a la insurrección, temiendo que las antiguas instituciones fuesen demasiado indulgentes “para esta clase de culpables”. Para estar seguro de la dedicación de estos nuevos jueces se aseguró de regular sus salarios con gran exactitud, lo que evidentemente no ocurría antes de la ocupación.