El objeto de este libro es analizar la represión que tuvo lugar sobre las mujeres en Aragón durante la Guerra Civil y la primera posguerra, estudiando su forma más violenta: el asesinato. La incidencia en Aragón de la represión durante esos periodos fue muy superior a la de los territorios limítrofes. Fue precisamente su situación fronteriza, con una línea de frente que dividía su territorio de norte a sur, la que motivó que fuese así, pues para los rebeldes era fundamental evitar que los republicanos contasen con apoyos en el territorio que ellos controlaban. La proporción de mujeres entre las personas asesinadas fue también mucho más elevada; los hombres jóvenes estaban en el frente, pero las mujeres –de cualquier edad– seguían masivamente en sus casas.
Las zonas donde la represión de los rebeldes alcanzó mayor intensidad fueron las que resultaban estratégicas para la defensa del frente aragonés: el cuadrante noroccidental de Aragón (que comprendía las Cinco Villas y algunas localidades de la Ribera del Ebro, la Ribera del Gállego y varias localidades de la línea del frente), las cuatro ciudades más importantes de Aragón y Jaca (que tenía una especial relevancia simbólica).
El estudio reconstruye parcialmente la biografía de 594 mujeres asesinadas por los sublevados y de otras 187 que lo fueron por los republicanos. El análisis de sus profesiones, sus afiliaciones, su grado de instrucción o las relaciones familiares de las mujeres asesinadas, y el momento en que se produjeron los asesinatos (la mayor parte correspondió a la represión «en caliente», que tuvo lugar al inicio de la guerra), permite establecer perfiles de la represión y comparar los de las mujeres asesinadas por los sublevados y los de las que lo fueron por los republicanos.